Pequeña
sirena
gentil,
delicada,
cubriendo
de espuma
su cola
escamada,
saltando
las olas
jugaba en
el agua
haciendo
piruetas
cual si
fuera humana.
Amiga de
conchas
Ariel se
llamaba,
de peces
martillos
de estrellas
y ranas,
gallardos
delfines
su
escolta formaban
brincando
gentiles
tras su
linda dama.
Tan solo
una pena
su vida eclipsaba
sentir en
los pies
esa arena
blanda
sólo eso deseaba,
con dos
pies pequeños
surgir de
las aguas.
Dejar
su colita en
el fondo
del agua,
sentir
ese goce
extasiar su
alma.
Pobrecita
Ariel
Dios le
dio la cola
en lugar
de pies.
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